
Esta afirmación me dió qué pensar, porque en realidad no estoy de acuerdo con esto. Yo creo que a Borges no le importaba tanto este aspecto del laberinto sino sus razones metafísicas. Es más, la soledad es propia del Minotauro, no del laberinto. Este represena otra cosa: un universo en sí, que tiene un orden y un motivo, pero ese orden y ese motivo no son visibles para su habitante, que lo persive como un caos. El laberinto es, para Borges, una construcción que prefigura un creador, un orden, y una finalidad.
En este sentido, podemos compararlo con la ciudad, que Borges describe en el cuento "Los Inmortales", y que está dominada por el caos. Las escaleras terminan en el abismo, las ventanas no dan a ningún lado, los pasillos y las puertas no conducen muchas veces a ninguna parte. En el laberinto es diferente, su obra es perversa e incomprensible, pero no es caotica (es lo opuesto, de hecho). Si existe una puerta, es para entrar a otro recinto, si existe una escalera, hay un lugar para subir.
El laberinto es, visto así, una hermosa metáfora de una posible interpretación del Universo