- O padre surdo
Un joven, que es ateo (aclara que ni el bautismo tomó), queda sordo tras la explosión de una bomba.
Luego de unos años, le pide al padre que le consiga una mujer.
El padre busca y consigue un chica, pero ella es muda. Sin embargo él se enamora, de alguna forma
llega a escucharla.
Los padres desaprueban a la chica, dice la madre que es negra. El muchacho se escapa de la casa
y persigue el rastro de la muchacha hasta su pueblo. Allí levanta una capilla y se hace pasar por
sacerdote.
Durante un buen tiempo da misas, esperando encontrar a la muchacha. Los feligreses se confiesan a los
gritos los domingos. Un día la chica aparece, y él se da cuenta que ella ya no es muda. Entonces
decide decir la verdad: desde el púlpito relata su amor, su huída y su impostura. Finalmente, sale
de la iglesia pasando a través del pueblo asombrado con la confesión.
Alejándose de la iglesia, bajo la lluvia torrencial, una mano lo sujeta. Es la chica, que le habla
(ahora él puede oír, ahora no necesita leer los labios), "Quédese padre, quédese".
- O adivinhador das mortes
Un hombre acude a un hechicero que sabe decir el día exacto de la muerte de una persona, y
el hechicero le revela que él, en realidad, ya murió. Desconfiado, el hombre se va.
Al otro día regresa para buscar al hechicero, pero le comunican que el mismo murió el día anterior.
Cuando sale, caminando por la calle, se encuentra con el hechicero, que lo toma de las manos y le
dice "ven". Entonces se da cuenta que ya no camina en la arena sino en las nubes.
- O adeus da sombra
Un hombre va al medio de la selva para hablar con una curandera. Él se dedica a investigar
plantas medicinales y ella lo ayuda. Una vecina, cuya hija se encuentra gravemente enferma, le pide
que le consiga de la curandera una planta milagrosa que la cure.
Para llegar a la chosa de la curandera, el hombre se sirve de los servicios de un guía, ex convicto.
El guía le cuenta, cuando llega la primera noche, que fue preso por robar las ombra de un hombre
para ayudar a su amada.
Cuando llegan a la casa de la curandera, hablan con ella y descubren que no existe la planta que
necesitan. Vuelven a la ciudad vencidos, y el hombre enfrenta a la madre de la enferma, que le dice
"acompáñeme a los últimos momentos de mi niña"
Cuando llegan al cuarto de la chica, el hombre ve que la enferma súbitamente se sorprende y mira
fijo algo en la habitación. Entonces el guía, que había entrado, clava un cuchillo en el pecho del
hombre, y lo último que ve es a la chica y al guía agacharse para recoger su sombra.
- A praça dos deuses
Un hombre rico se entera que su hijo se va a casar y decide hacer una fiesta fastuosa. Durante
días y días dilapida su fortunda en una plaza, en la que no se detiene la música, la comida y la bebida.
El hijo se enoja y se va, porque el hombre no quiere terminar la fiesta. Cuando la novia abandonada
se le acerca, el hombre le confiesa que en realidad la fiesta no era de casamiento, era una fiesta
para los dioses, era un regalo para los dioses, para que pudieran ver el mundo que siempre hubieran
querido, donde las personas no tuvieran que preocuparse por nada.
El hombre le dice "mañana la fiesta habrá terminado" mientras baila con la novia "dile a tu marido
que puede regresar"
El hombre duerme en la plaza, que ahora es su hogar (se entiende, porque es muy pobre) y a la mañana
siguiente amanece muerto, sentado en un banco. La novia, cuando llevan el cuerpo, arroja sobre él
un puñado de pétalos perfumados.
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