Del Fiore a Pontparnasse
Es la historia de un escritor, Zalim, que frecuenta el café del Flore, en la rue Montparnasse, buscando personajes e historias para su próximo libro.Se autodefine como un "observador", un argentino atento a todo y a todos, dispuesto a hacer literatura del más mínimo descuido y de la banalidad más bochornosa. Comienza relatando sin mayor detalle los pormenores de los habitueés del café, para luego derivar en dos historias que rellenan el grueso de la obra. Una, la de una argentina que viaja por Europa, por consejo de su psicoanalista, para poner una bisagra tras su reciente divorcio; la otra, una norteamericana pechugona y altiva que lo desafía. Las dos mujeres son, en fin, antítesis, aunque caricaturas al fin.
Una es una típica reventada, divorciada y con atrasada hambre de pija, y la otra, una mujer de negocios pero secretamente romántica, casada y con atrasada hambre de pija. Como es de esperar, Zalim las coge en sendos capítulos de erotismo egocéntrico.
El fuerte de la historia sigue siendo el cinismo y el ego interminable del turco, hacedor de su propia leyenda, chamuyero de sus lectores, que te hace creer que siempre sale bien parado y siempre de alguna forma conserva, debajo de su lustre afrancesado, un argentino guarango, listo para salir al cruce cuando la emergencia lo requiere, como un superpoder. Hay que destacar el cinismo último y maravilloso de criticar su propia obra anterior, autodefinirse como "olvidable" o "prescindible", y burlarse de la literatura y los escritores en general.
Nobleza a la Carta
Cuento simpático en el que Zalim alquila un grupo de nobles para una cena en su casa, con el fin de impresionar a un empresario argentino que lo visita.El cuento hace hincapié tanto en la bajeza de la nobleza europea, que se alquila por dos mangos y no deja de cobrar ningún extra, hasta la banalidad de la aristocracia argentina, que se deslumbra fácilmente por cualquier bagatela.
La Noche del Mounton
Una mujer que Zalim conoce y que es, según nos cuenta, de alta sociedad y puntualmente lesbiana, lo invita sorpresivamente a su casa, ya que va a ofrecer una recepción a una escritora norteamericana y quiere "hombres inteligentes y cínicos" para amenizar la noche. Zalim acude y allí prueba un plato típico marroquí (creo) el Mounton relleno. Un cordero.Zalim esa noche no da pie con bola, no logra entablar conversación con nadie. Cuando la gente se va retirando de la reunión, se queda con la dueña del lugar, que de una forma poco lesbiana le salta encima y le hace el amor.
Sorprendido, Zalim busca respuestas: la mujer le confieza que desea tener un hijo y lo había elegido a él, un "hombre inteligente y cínico". Un cordero.
El sentido de la vida en el socialismo
Un relato, o mejor dicho una colección de notas, que juegan en dos tiempos, como "Flores robadas...". Por un lado cuenta la historia de un supuesto viaje de Zalim a la URSS, cuando todavía el comunismo estaba vivo y el aparato de propaganda regalaba pasajes de avión para contemplarlos avances sociales y económicos del imperio del este. El otro plano es el actual, en el que Zalim concurre a una conferencia en la que le toca hablar a uno de los hombres que él había conocido en la ex Unión Soviética, ahora un pobre infeliz.
Como en otros relatos, como en "Flores robadas...", la alternancia de planos temporales sirve para subrayar la decadencia actual, comparándola con los sueños de grandeza del pasado, la sensación de que somos una edad de hierro, un opaco reflejo de antiguas expectativas, un constante plan fracasado, de que vivimos en un perpetuo naufragio y sólo lo persivimos si contamos las expectativas del pasado.
La conclusión del relato es que si bien al ruso lo han convocado para supuestamente homenajearlo o rescatarlo, es en realidad el deseo de reafirmarse como sociedad, de corroborar lo malo del comunismo, lo que lleva a realizar esos encuentros. Una teoría interesante y llena de cinismo: cuando un homenaje se hace tan solo para recordarle al derrotado su condición de perdedor permanente.
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