recibe la visita inesperada de Rita, una chica un par de años mayor que él, que lo consuela
subidos a un árbol.
A Claudio le gusta la pintura, y sobre todo pintar relojes. Un tiempo después un amigo le
lee la fortuna en la borra de café: "una mujer y un árbol" dictamina, y él sabe quién es
esa mujer.
Desde entonces él persigue el sueño de Rita. Ya un adulto la encuentra caminando por Dieciocho
y se besan en un saguán, y se citan, pero Rita nunca acude a la cita. Ella le deja un dibujo de un reloj apuntando a las 3 y 20 y él pinta un cuadro con ese dibujo.
Tiempo después Claudio conoce a una chica, Mariana. Es una chica cálida, compañera. Pero
el fantasma de Rita, su auténtico destino, está siempre presente.
Un día Claudio, sin entender bien el motivo, le propone casamiento a Mariana. Ella duda, y finalmente deciden dejarlo en manos del azar: él irá al casino, y si gana el dinero suficiente para comprar un departamento, se casarán.
En el casino él empieza perdiendo, hasta que un señor se acerca y le dice "Claudio, jugá
al 3 y al 20". Él no sabe de donde salió ni cómo sabe su nombre pero acata el consejo, juega
y gana.
De vuelta a casa con todo el dinero deciden casarse a la vuelta de su viaje a Quito, porque
así lo ha querido el destino.
Cuando él emprende el viaje, en el avión se encuentra con Rita, que es azafata. Ella se
sienta junto a él y lo besa, pero él la rechaza. Luego se despierta y le pregunta a otra
azafata por Rita, pero ella no comprende. Entonces comprendemos nosotros: Rita fue siempre
un sueño, una ilusión de Claudio. Este termina diciendo que "ya no aparecerá Rita en la
borra del café"
Creo que la historia es una alegoría sobre el destino y la suerte, el determinismo y el
indeterminismo. Pero también una alegoría psicológica: la mujer soñada contra la mujer
encontrada, la mujer idealizada (que en el relato acude a suplantar a la madre casualmente)
contra la mujer real, de carne y hueso.
Tal vez no sea coincidencia que Rita aparezca cada vez que Claudio se encuentra en crisis
como una evasión de la realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario