Para quienes gustan de la literatura que tiene raíz en la contracultura, hay una verdad que deben entender: sólo se pueden leer en su idioma original.
El otro día pasé por una librería y vi el libro de Bukowski "La máquina de follar". Muy bien, tal vez para un español el título es gracioso, pero para un sudamericano es una patada en el pecho, y por supuesto augura una traducción de gilipollas, cerillos y pitillos, que a uno le dan ganas de prender fuego el libro.
Sabemos que las editoriales que tienen el poder son españolas. Alianza. Planeta. Anagrama. Traducen para el público español, y está bien que así sea porque ellos mandan. Pero si quieren leer a Henry Miller, o tienen ganas de disfrutar a Kerouac, o por ahí les interesa la obra de Bukowski, no queda otra que leerla en inglés.
Es lo que pasa con las discográficas y los músicos, o consumís la mierda que te ponen en el plato o buscás la forma de leerlo bien.
De lo contrario vamos a contraer el hábito de imaginarnos a Miller con boina y gaita, diciendo "ála muchacho que me pongo como moto con el piti" y cosas así, que a los españoles me parece bárbaro que les guste, pero a nosotros nos parece desconcertante. "Vamos vieja que con una seca quedás re loco" sería la misma frase en argentino, y no es que nadie tenga la razón, como dice René Perez la Real Academia yo se la dejo a España, acá hablamos así y no tenemos que dejarnos vender por las grandes corporaciones libreras su plástico vocabulario de venta fácil, ni mucho menos el "latino neutro" que nos meten en las películas, donde se aparca el carro esas cosas que en Sudamérica no se hacen, acá viejo se estaciona el auto.
Por eso y discúlpenme de antemano el oprobio de este consejo: ya que abaratan costos traduciendo las novelas en un sólo castellano, cuando castellanos hay tantos y tan variados, consíganse el libro en inglés y hagan el esfuerzo, que todo se aprende en esta vida y la recompensa es buena para los que la pelean.
Un abrazo fuerte, gilipollas
viernes, 20 de marzo de 2015
jueves, 19 de marzo de 2015
Marco Denevi - Manuel de Historia (1985)
En el texto inicial Denevi advierte que esta novela formó parte, en su origen, de una obra más basta y
más ambiciosa. Se trataba de siete historias contenidas una dentro de la otra como una muñeca rusa.
Finalmente los relatos fueron repartidos en dos libros, este y "Enciclopedia secreta de una familia argentina" Los relatos que quedaron de este lado del libro son los siguientes:
1996: este es el primer relato. Este nos cuenta la historia de un consejero de las Naciones Unidas que
se dedica a estudiar el idioma de los argentinos, como parte de una intervención de las potencias internacionales al país. Sidney Gallagher, el consejero, durante sus investigaciones lee el libro de un tal José Sorbello, en el que se menciona una cita del "Manuel de Historia", escrito por un tal Ramón Civedé (anagrama de Marco Denevi). Sidney busca en vano el libro en la calle Corrientes. Agotado este recurso logra dar con el domicilio del autor. Allí lo recibe la esposa, Deledda Condestábile, que le revela que el escritor se encuentra enfermo y no puede recibirlo por el momento.
1984: este segundo relato tiene al mismo protagonista, Sidney Gallagher, es ahora un joven estudiante norteamericano que llegó a la casa de Ramón Civedé en busca del "Manuel de Historia". Este escritor, que resulta ser un hombre deforme y abominado por las mujeres, le confiesa que nunca escribió realmente el libro, y que la cita en el libro de Sorbello era una broma del autor, su amigo. La parálisis en un brazo le impide llevarlo a cabo. Ramón Civedé le realiza una propuesta al joven: dictarle el libro.
Sidney acepta el adelanto de dinero, pero al salir de la casa decide no regresar más y estafar al otro.
Dos semanas más tarde, arrepentido, regresa, descubriendo que Ramón Civedé había intentado suicidarse.
Cuando se recupera, y luego de alguna muestra de desconfianza, vuelven a trabajar juntos. Antes de
comenzar, y menos por confianza que por fanfarronería, Civedé le entrega a Sidney un manuscrito de
un cuento que escribiera hace muchos años. Sidney lo lee esa misma noche. El cuento lo impresiona
profundamente, tanto que esa misma noche comienza a escribir un relato él mismo, tomando los personajes y los escenarios del cuento, mezclándolo con su realidad y amalgamando todo en una nueva historia.
En este relato él es un consejero de las Naciones Unidas en una Argentina intervenida. (El relato "1996")
1968-1988: el tercer relato es el que Ramón Civedé le entregó a Sidney Gallagher. En este, él se llama Sebastián Hondio y se encuentra escrito en primera persona.
Se describe a sí mismo como un hombre despreciable y se compara permanentemente con el minotauro. Ejerce la abogacía.
Una tarde, cuando los bufetes ya estaban vacíos, conoce en el baste edificio (que es un laberinto)
a una mujer llamada Deledda, que inexplicablemente se enamora de él. Se van a vivir al departamente de ella, donde se repiten extrañas veladas con emigos no menos extraños e intelectuales. El hijo de Deledda, Guillermo, odia a Sebastián, que subviene sus estudios para complacer a la madre. Cuando Guillermo crece se vuelve un extraño en la casa. Sebastián lo descubre una tarde, al frente de una manifestación violenta, empuñando un revólver. Tras el golpe militar de 1976 Guillermo es acribillado a balazos en su oficina (y se da a entender que Sebastián sabía que iba a ocurrir, tal vez lo había delatado) Sebastián regresa a la casa de Deledda y la enfrenta a golpes de puño. Unos días después la mujer muere en el hospital, y Sebastián regresa a la casa sólo, acompañado apenas por la sirvienta, donde lo encontraremos
luego en el cuento "1984".
1996: esta es la continuación del primer relato. Sidney es expulsado de las Naciones Unidas por un nuevo jefe (ya que el anterior fue asesinado). Ahora conoce a Ramón Civedé, quien le propone traducir el "Manuel de Historia" al inglés, ya que su edición en castellano no tuvo éxito porque, siguiendo el diagnóstico del autor, el público argentino no se encontraba preparado.
Civedé le entrega a Sidney un ejemplar del Manuel de Historia. El joven sale de la casa con el libro y
se encuentra casualmente con su antiguo chofer. Éste lo conduce a una villa miseria, donde lo deja
abandobado dentro del auto. Cuando se da cuenta del engaño, Sidney escapa, pero es asesinado en
un basural por un grupo de travestis. El libro se pierde entre la basura.
1988: El último relato, a modo de epílogo, se encuentra relatado por Marco Denevi. En este relato
nos cuenta que ha recibido una encomienda con un casette, dos relatos y un recorte de diario. En
el casette se escucha la conversación de dos voces, una joven y una más adulta, y presume que se
trata de Sidney y Ramón Civedé. Los relatos son "1996" y "1968-1988". El recorte de diario nos
pone al tanto de la muerte de un joven extranjero durante unos saqueos en la calle Florida.
Denevi nos dice que ha creado el relato "1984" para completar los otros dos, tomando la grabación
y los cuentos como inspiración. Arroja la hipótesis de que el joven de la noticia es Sidney.
más ambiciosa. Se trataba de siete historias contenidas una dentro de la otra como una muñeca rusa.
Finalmente los relatos fueron repartidos en dos libros, este y "Enciclopedia secreta de una familia argentina" Los relatos que quedaron de este lado del libro son los siguientes:
1996: este es el primer relato. Este nos cuenta la historia de un consejero de las Naciones Unidas que
se dedica a estudiar el idioma de los argentinos, como parte de una intervención de las potencias internacionales al país. Sidney Gallagher, el consejero, durante sus investigaciones lee el libro de un tal José Sorbello, en el que se menciona una cita del "Manuel de Historia", escrito por un tal Ramón Civedé (anagrama de Marco Denevi). Sidney busca en vano el libro en la calle Corrientes. Agotado este recurso logra dar con el domicilio del autor. Allí lo recibe la esposa, Deledda Condestábile, que le revela que el escritor se encuentra enfermo y no puede recibirlo por el momento.
1984: este segundo relato tiene al mismo protagonista, Sidney Gallagher, es ahora un joven estudiante norteamericano que llegó a la casa de Ramón Civedé en busca del "Manuel de Historia". Este escritor, que resulta ser un hombre deforme y abominado por las mujeres, le confiesa que nunca escribió realmente el libro, y que la cita en el libro de Sorbello era una broma del autor, su amigo. La parálisis en un brazo le impide llevarlo a cabo. Ramón Civedé le realiza una propuesta al joven: dictarle el libro.
Sidney acepta el adelanto de dinero, pero al salir de la casa decide no regresar más y estafar al otro.
Dos semanas más tarde, arrepentido, regresa, descubriendo que Ramón Civedé había intentado suicidarse.
Cuando se recupera, y luego de alguna muestra de desconfianza, vuelven a trabajar juntos. Antes de
comenzar, y menos por confianza que por fanfarronería, Civedé le entrega a Sidney un manuscrito de
un cuento que escribiera hace muchos años. Sidney lo lee esa misma noche. El cuento lo impresiona
profundamente, tanto que esa misma noche comienza a escribir un relato él mismo, tomando los personajes y los escenarios del cuento, mezclándolo con su realidad y amalgamando todo en una nueva historia.
En este relato él es un consejero de las Naciones Unidas en una Argentina intervenida. (El relato "1996")
1968-1988: el tercer relato es el que Ramón Civedé le entregó a Sidney Gallagher. En este, él se llama Sebastián Hondio y se encuentra escrito en primera persona.
Se describe a sí mismo como un hombre despreciable y se compara permanentemente con el minotauro. Ejerce la abogacía.
Una tarde, cuando los bufetes ya estaban vacíos, conoce en el baste edificio (que es un laberinto)
a una mujer llamada Deledda, que inexplicablemente se enamora de él. Se van a vivir al departamente de ella, donde se repiten extrañas veladas con emigos no menos extraños e intelectuales. El hijo de Deledda, Guillermo, odia a Sebastián, que subviene sus estudios para complacer a la madre. Cuando Guillermo crece se vuelve un extraño en la casa. Sebastián lo descubre una tarde, al frente de una manifestación violenta, empuñando un revólver. Tras el golpe militar de 1976 Guillermo es acribillado a balazos en su oficina (y se da a entender que Sebastián sabía que iba a ocurrir, tal vez lo había delatado) Sebastián regresa a la casa de Deledda y la enfrenta a golpes de puño. Unos días después la mujer muere en el hospital, y Sebastián regresa a la casa sólo, acompañado apenas por la sirvienta, donde lo encontraremos
luego en el cuento "1984".
1996: esta es la continuación del primer relato. Sidney es expulsado de las Naciones Unidas por un nuevo jefe (ya que el anterior fue asesinado). Ahora conoce a Ramón Civedé, quien le propone traducir el "Manuel de Historia" al inglés, ya que su edición en castellano no tuvo éxito porque, siguiendo el diagnóstico del autor, el público argentino no se encontraba preparado.
Civedé le entrega a Sidney un ejemplar del Manuel de Historia. El joven sale de la casa con el libro y
se encuentra casualmente con su antiguo chofer. Éste lo conduce a una villa miseria, donde lo deja
abandobado dentro del auto. Cuando se da cuenta del engaño, Sidney escapa, pero es asesinado en
un basural por un grupo de travestis. El libro se pierde entre la basura.
1988: El último relato, a modo de epílogo, se encuentra relatado por Marco Denevi. En este relato
nos cuenta que ha recibido una encomienda con un casette, dos relatos y un recorte de diario. En
el casette se escucha la conversación de dos voces, una joven y una más adulta, y presume que se
trata de Sidney y Ramón Civedé. Los relatos son "1996" y "1968-1988". El recorte de diario nos
pone al tanto de la muerte de un joven extranjero durante unos saqueos en la calle Florida.
Denevi nos dice que ha creado el relato "1984" para completar los otros dos, tomando la grabación
y los cuentos como inspiración. Arroja la hipótesis de que el joven de la noticia es Sidney.
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La borra de café - Mario Benedetti
Claudio es un chico que vive en Capurro, un barrio de Montevideo. Cuando su madre muere
recibe la visita inesperada de Rita, una chica un par de años mayor que él, que lo consuela
subidos a un árbol.
A Claudio le gusta la pintura, y sobre todo pintar relojes. Un tiempo después un amigo le
lee la fortuna en la borra de café: "una mujer y un árbol" dictamina, y él sabe quién es
esa mujer.
Desde entonces él persigue el sueño de Rita. Ya un adulto la encuentra caminando por Dieciocho
y se besan en un saguán, y se citan, pero Rita nunca acude a la cita. Ella le deja un dibujo de un reloj apuntando a las 3 y 20 y él pinta un cuadro con ese dibujo.
Tiempo después Claudio conoce a una chica, Mariana. Es una chica cálida, compañera. Pero
el fantasma de Rita, su auténtico destino, está siempre presente.
Un día Claudio, sin entender bien el motivo, le propone casamiento a Mariana. Ella duda, y finalmente deciden dejarlo en manos del azar: él irá al casino, y si gana el dinero suficiente para comprar un departamento, se casarán.
En el casino él empieza perdiendo, hasta que un señor se acerca y le dice "Claudio, jugá
al 3 y al 20". Él no sabe de donde salió ni cómo sabe su nombre pero acata el consejo, juega
y gana.
De vuelta a casa con todo el dinero deciden casarse a la vuelta de su viaje a Quito, porque
así lo ha querido el destino.
Cuando él emprende el viaje, en el avión se encuentra con Rita, que es azafata. Ella se
sienta junto a él y lo besa, pero él la rechaza. Luego se despierta y le pregunta a otra
azafata por Rita, pero ella no comprende. Entonces comprendemos nosotros: Rita fue siempre
un sueño, una ilusión de Claudio. Este termina diciendo que "ya no aparecerá Rita en la
borra del café"
Creo que la historia es una alegoría sobre el destino y la suerte, el determinismo y el
indeterminismo. Pero también una alegoría psicológica: la mujer soñada contra la mujer
encontrada, la mujer idealizada (que en el relato acude a suplantar a la madre casualmente)
contra la mujer real, de carne y hueso.
Tal vez no sea coincidencia que Rita aparezca cada vez que Claudio se encuentra en crisis
como una evasión de la realidad.
recibe la visita inesperada de Rita, una chica un par de años mayor que él, que lo consuela
subidos a un árbol.
A Claudio le gusta la pintura, y sobre todo pintar relojes. Un tiempo después un amigo le
lee la fortuna en la borra de café: "una mujer y un árbol" dictamina, y él sabe quién es
esa mujer.
Desde entonces él persigue el sueño de Rita. Ya un adulto la encuentra caminando por Dieciocho
y se besan en un saguán, y se citan, pero Rita nunca acude a la cita. Ella le deja un dibujo de un reloj apuntando a las 3 y 20 y él pinta un cuadro con ese dibujo.
Tiempo después Claudio conoce a una chica, Mariana. Es una chica cálida, compañera. Pero
el fantasma de Rita, su auténtico destino, está siempre presente.
Un día Claudio, sin entender bien el motivo, le propone casamiento a Mariana. Ella duda, y finalmente deciden dejarlo en manos del azar: él irá al casino, y si gana el dinero suficiente para comprar un departamento, se casarán.
En el casino él empieza perdiendo, hasta que un señor se acerca y le dice "Claudio, jugá
al 3 y al 20". Él no sabe de donde salió ni cómo sabe su nombre pero acata el consejo, juega
y gana.
De vuelta a casa con todo el dinero deciden casarse a la vuelta de su viaje a Quito, porque
así lo ha querido el destino.
Cuando él emprende el viaje, en el avión se encuentra con Rita, que es azafata. Ella se
sienta junto a él y lo besa, pero él la rechaza. Luego se despierta y le pregunta a otra
azafata por Rita, pero ella no comprende. Entonces comprendemos nosotros: Rita fue siempre
un sueño, una ilusión de Claudio. Este termina diciendo que "ya no aparecerá Rita en la
borra del café"
Creo que la historia es una alegoría sobre el destino y la suerte, el determinismo y el
indeterminismo. Pero también una alegoría psicológica: la mujer soñada contra la mujer
encontrada, la mujer idealizada (que en el relato acude a suplantar a la madre casualmente)
contra la mujer real, de carne y hueso.
Tal vez no sea coincidencia que Rita aparezca cada vez que Claudio se encuentra en crisis
como una evasión de la realidad.
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El jardín de las delicias - Marco Denevi
Se trata de un pequeño libro de miscelánea, una especie de anecdotario, con aventuras, acotaciones
y relatos de tono erótico tomados de la mitología griega.
En general se trata de reelaboraciones de los mitos originales, o breves distorsiones, que ponen
el acento en historias sexuales, que logran ser pícaras sin ser burdas.
A mi me pareció (es una impresión personal) que se mencionaban muchísimos penes, lo que me hizo
pensar en un panegírico homosexual más que una obra literaria, qué se yo.
y relatos de tono erótico tomados de la mitología griega.
En general se trata de reelaboraciones de los mitos originales, o breves distorsiones, que ponen
el acento en historias sexuales, que logran ser pícaras sin ser burdas.
A mi me pareció (es una impresión personal) que se mencionaban muchísimos penes, lo que me hizo
pensar en un panegírico homosexual más que una obra literaria, qué se yo.
miércoles, 18 de marzo de 2015
Los asesinos de los días de Fiesta - Marco Denevi
La novela comienza con un velorio de una joven llamada Betseba, al que acuden un grupo de seis amigos (Patricio de la Escosura, Honorato, Meneranda, Lucrezia, Anacrasis e Iluminada). Estos amigos se encuentran enojados con los demás asistentes al velorio porque permanecen quietos, sin demostrar dolor. En esta escena irrumpe una desconocida de luto, que se dirige directamente al ataúd y se dedica a llorar desconsoladamente. Los demás personajes, sensibilizados, olvidan el rencor y lloran a Betseba.
A partir de ese capítulo, cada nuevo capítulo parece girar el tema de la novela, proponiendo una nueva idea a partir del fracaso de la anterior.
En el segundo capítulo, los seis amigos deciden imitar a la desconocida de luto y se dirigen a los velorios de otros desconocidos para despertar el dolor en los deudos y hacerlos llorar. Es un fracaso.
Luego intentan en los velorios de la gente pobre, queriendo darles a los más desposeídos una reivindicación tras su muerte, pero este proyecto también naufraga.
La siguiente idea que se les ocurre es concurrir a los velorios de clase alta, pero no ya para despertar
la sensibilidad de los deudos sino para, de una manera feroz pero disimulada en convicciones e ideologías, robar objetos de los palacios.
A esta altura de la novela, las intenciones, ideologías y discursos de los personajes (que relatan desde
un "nosotros") es voluble y se acomoda a cada nuevo disparate.
Durante sus visitas a velorios de alta sociedad, llegan a una casa de Barrio Norte, donde se vela a un
tal Claudio Aquiles Lalanne. Para su sorpresa, el difunto no tiene familiares ni amigos, y nadie acude
al velorio. Aprovechan entonces para saquear la casa, recorrerla de palmo a palmo sin ningún escrúpulo.
Cuando vienen a retirar el cuerpo del difunto para llevarlo al cementerio, surje una nueva idea: quedarse
a vivir en la casa, aprovechando que nadie ha reclamado la herencia.
Viven durante tres meses en Barrio Norte, disfrutando de las suntuosidades de la casa como nuevos ricos.
Entonces ocurre un nuevo giro del relato: encuentran, en un altillo disimulado en un corredor, una especie de santuario donde descansaba la esposa de Lalanne, embalsamada y ataviada de joyas.
Al principio el descubrimiento les produce repugnancia y rechazo, pero finalmente se acostumbran a convivir con esa mujer embalsamada.
Un nuevo giro del relato: ya que nadie sabía de la muerte de la esposa de Lalanne, se les ocurre que una de las mujeres podía hacerse pasar por ella, llamada Esmeé Roth, y reclamar la herencia del muerto.
La elegida para la tarea resulta ser Lucrezia, la más joven, que disfrazada con los vestidos de Esmeé Roth y maquillada, se transforma en una mujer fatal.
El grupo acude a tribunales para iniciar los trámites de sucesión, que dejan en manos de un abogado quien se enamora casi al instante de la falsa Esmeé Roth.
En tanto el juicio de sucesión se lleva a cabo, el grupo comprende que debía castigar al abogado por su creciente lujuria hacia Esmeé, de manera que traman un plan para enloquecerlo de amor.
Cuando el juicio finaliza satisfactoriamente, Esmeé se entrega al abogado.
Finalmente, inesperadamente, la joven Esmeé (Lucrezia), se suicida, ante la sorpresa de los otros cinco cómplices, porque se ha enamorado realmente del abogado. Los otros deciden, entonces, embalsamarla, y reemplazar en la capilla a la auténtica Esmeé Roth por Lucrezia, enterrando a la primera.
El abogado continuó visitándolos, sin saber que su amada se encontraba en embalsamada en la misma casa, y demostrando que su amor no era sólo por lujuria.
NOTA: dos características tiene esta novela. Una, que se encuentra escrita en la primera persona del plural, un "nosotros" que se contrae para dejar afuera a un personaje cuando se lo critica, o se expande para abarcar a los seis cuando se habla de un hecho externo. La otra cosa curiosa del relato es que se encuentra escrito con estructura de crónica, de algo que se escribe casi al día siguiente de ocurrido. En muchos párrafos del libro se leen frases como "ahora es fácil contarlo, pero anoche cuando fuimos a...".
A partir de ese capítulo, cada nuevo capítulo parece girar el tema de la novela, proponiendo una nueva idea a partir del fracaso de la anterior.
En el segundo capítulo, los seis amigos deciden imitar a la desconocida de luto y se dirigen a los velorios de otros desconocidos para despertar el dolor en los deudos y hacerlos llorar. Es un fracaso.
Luego intentan en los velorios de la gente pobre, queriendo darles a los más desposeídos una reivindicación tras su muerte, pero este proyecto también naufraga.
La siguiente idea que se les ocurre es concurrir a los velorios de clase alta, pero no ya para despertar
la sensibilidad de los deudos sino para, de una manera feroz pero disimulada en convicciones e ideologías, robar objetos de los palacios.
A esta altura de la novela, las intenciones, ideologías y discursos de los personajes (que relatan desde
un "nosotros") es voluble y se acomoda a cada nuevo disparate.
Durante sus visitas a velorios de alta sociedad, llegan a una casa de Barrio Norte, donde se vela a un
tal Claudio Aquiles Lalanne. Para su sorpresa, el difunto no tiene familiares ni amigos, y nadie acude
al velorio. Aprovechan entonces para saquear la casa, recorrerla de palmo a palmo sin ningún escrúpulo.
Cuando vienen a retirar el cuerpo del difunto para llevarlo al cementerio, surje una nueva idea: quedarse
a vivir en la casa, aprovechando que nadie ha reclamado la herencia.
Viven durante tres meses en Barrio Norte, disfrutando de las suntuosidades de la casa como nuevos ricos.
Entonces ocurre un nuevo giro del relato: encuentran, en un altillo disimulado en un corredor, una especie de santuario donde descansaba la esposa de Lalanne, embalsamada y ataviada de joyas.
Al principio el descubrimiento les produce repugnancia y rechazo, pero finalmente se acostumbran a convivir con esa mujer embalsamada.
Un nuevo giro del relato: ya que nadie sabía de la muerte de la esposa de Lalanne, se les ocurre que una de las mujeres podía hacerse pasar por ella, llamada Esmeé Roth, y reclamar la herencia del muerto.
La elegida para la tarea resulta ser Lucrezia, la más joven, que disfrazada con los vestidos de Esmeé Roth y maquillada, se transforma en una mujer fatal.
El grupo acude a tribunales para iniciar los trámites de sucesión, que dejan en manos de un abogado quien se enamora casi al instante de la falsa Esmeé Roth.
En tanto el juicio de sucesión se lleva a cabo, el grupo comprende que debía castigar al abogado por su creciente lujuria hacia Esmeé, de manera que traman un plan para enloquecerlo de amor.
Cuando el juicio finaliza satisfactoriamente, Esmeé se entrega al abogado.
Finalmente, inesperadamente, la joven Esmeé (Lucrezia), se suicida, ante la sorpresa de los otros cinco cómplices, porque se ha enamorado realmente del abogado. Los otros deciden, entonces, embalsamarla, y reemplazar en la capilla a la auténtica Esmeé Roth por Lucrezia, enterrando a la primera.
El abogado continuó visitándolos, sin saber que su amada se encontraba en embalsamada en la misma casa, y demostrando que su amor no era sólo por lujuria.
NOTA: dos características tiene esta novela. Una, que se encuentra escrita en la primera persona del plural, un "nosotros" que se contrae para dejar afuera a un personaje cuando se lo critica, o se expande para abarcar a los seis cuando se habla de un hecho externo. La otra cosa curiosa del relato es que se encuentra escrito con estructura de crónica, de algo que se escribe casi al día siguiente de ocurrido. En muchos párrafos del libro se leen frases como "ahora es fácil contarlo, pero anoche cuando fuimos a...".
lunes, 9 de marzo de 2015
Teoria Geral do Esquescimento - Agualusa
Una historia compleja.
Una mujer vive con su hermana y su cuñada en la ciudad de Luanda. Es una mujer temerosa, débil, que prefiere mantenerse apartada del mundo. Una noche el cuñado y la hermana salen a una cena, de la que nunca regresan.
Un par de ladrones tratan de entrar al departamento y la mujer los rechaza a los tiros, matando a uno
accidentalmente. Recoge el cadáver y lo entierra en el fondo de su casa. Luego, levanta una pared en
la puerta y queda aislada del mundo.
La mujer sabe que no tendrá comida para siempre, y sucesivamente se dedica a cultivar hortalizas,
cazar palomas, y robar y criar gallinas para sustentarse.
Paralelamente se cuentan otras historias: uno de los asaltantes que la señora espantó a los tiros
es capturado por la policía y fusilado en un descampado, pero imprevistamente sobrevive gracias
al socorro de una enfermera que lo oculta entre los indios del sur.
Un joven ex convicto encuentra unos diamantes en el estómago de una paloma (que la señora había cazado usando diamantes como carnada) y se vuelve rico con un emprendimiento de venta de artesanías.
Un periodista que investigaba "desapariciones" se entera de la historia de la mujer y se pone a
investigar. Un detective (el mismo que había intervenido en otras historias y que era comunista)
recibe la orden de matarlo, pero por error uno de sus hombres mata a un francés.
Un niño de siete años trepa por un andamio que se encuentra junto al edificio de la mujer y logra
colarse en la casa. Luego de contarle los abusos de otro muchacho con el que vivía en las calles
se queda a vivir con ella, le compra comida y medicamentos.
En el final del libro, los varios personajes que se fueron cruzando durante el relato se encuentran
en la puerta de la señora: el vagabundo ahora rico ocupaba el departamento de al lado, el detective
que lo había encerrado iba a buscarlo, el hombre acribillado que vivía entre los indios va a pedirle
perdón y ayuda, el periodista que investigaba desapariciones va a llevarle una carta de la hija de
la mujer.
Entonces nos enteramos del último secreto: la mujer estaba encerrada no por miedo, sino por vergüenza.
Había sido violada cuando era chica y había dado a luz una nena, que abandonó al nacer. Ese hecho
había marcado de vergüenza toda su vida.
Al final, reconciliada con la vida, con su hija, con el mundo, la mujer vuelve a tener una vida normal,
viviendo acompañada de su nuevo hijo, el huérfano de siete años que la cuidaba.
Una mujer vive con su hermana y su cuñada en la ciudad de Luanda. Es una mujer temerosa, débil, que prefiere mantenerse apartada del mundo. Una noche el cuñado y la hermana salen a una cena, de la que nunca regresan.
Un par de ladrones tratan de entrar al departamento y la mujer los rechaza a los tiros, matando a uno
accidentalmente. Recoge el cadáver y lo entierra en el fondo de su casa. Luego, levanta una pared en
la puerta y queda aislada del mundo.
La mujer sabe que no tendrá comida para siempre, y sucesivamente se dedica a cultivar hortalizas,
cazar palomas, y robar y criar gallinas para sustentarse.
Paralelamente se cuentan otras historias: uno de los asaltantes que la señora espantó a los tiros
es capturado por la policía y fusilado en un descampado, pero imprevistamente sobrevive gracias
al socorro de una enfermera que lo oculta entre los indios del sur.
Un joven ex convicto encuentra unos diamantes en el estómago de una paloma (que la señora había cazado usando diamantes como carnada) y se vuelve rico con un emprendimiento de venta de artesanías.
Un periodista que investigaba "desapariciones" se entera de la historia de la mujer y se pone a
investigar. Un detective (el mismo que había intervenido en otras historias y que era comunista)
recibe la orden de matarlo, pero por error uno de sus hombres mata a un francés.
Un niño de siete años trepa por un andamio que se encuentra junto al edificio de la mujer y logra
colarse en la casa. Luego de contarle los abusos de otro muchacho con el que vivía en las calles
se queda a vivir con ella, le compra comida y medicamentos.
En el final del libro, los varios personajes que se fueron cruzando durante el relato se encuentran
en la puerta de la señora: el vagabundo ahora rico ocupaba el departamento de al lado, el detective
que lo había encerrado iba a buscarlo, el hombre acribillado que vivía entre los indios va a pedirle
perdón y ayuda, el periodista que investigaba desapariciones va a llevarle una carta de la hija de
la mujer.
Entonces nos enteramos del último secreto: la mujer estaba encerrada no por miedo, sino por vergüenza.
Había sido violada cuando era chica y había dado a luz una nena, que abandonó al nacer. Ese hecho
había marcado de vergüenza toda su vida.
Al final, reconciliada con la vida, con su hija, con el mundo, la mujer vuelve a tener una vida normal,
viviendo acompañada de su nuevo hijo, el huérfano de siete años que la cuidaba.
domingo, 8 de marzo de 2015
Del Flore a Pontparnasse - Jorge Asís
El libro contiene una novela corta, que da título al libro, dos cuentos y un relato que parece más una libreta de apuntes. Todos tienen en común que se desarrollan en París, además de las ya típicas características de Asís: son autoreferenciales y se encuentran protagonizadas por Rodolfo Zalim.
Se autodefine como un "observador", un argentino atento a todo y a todos, dispuesto a hacer literatura del más mínimo descuido y de la banalidad más bochornosa. Comienza relatando sin mayor detalle los pormenores de los habitueés del café, para luego derivar en dos historias que rellenan el grueso de la obra. Una, la de una argentina que viaja por Europa, por consejo de su psicoanalista, para poner una bisagra tras su reciente divorcio; la otra, una norteamericana pechugona y altiva que lo desafía. Las dos mujeres son, en fin, antítesis, aunque caricaturas al fin.
Una es una típica reventada, divorciada y con atrasada hambre de pija, y la otra, una mujer de negocios pero secretamente romántica, casada y con atrasada hambre de pija. Como es de esperar, Zalim las coge en sendos capítulos de erotismo egocéntrico.
El fuerte de la historia sigue siendo el cinismo y el ego interminable del turco, hacedor de su propia leyenda, chamuyero de sus lectores, que te hace creer que siempre sale bien parado y siempre de alguna forma conserva, debajo de su lustre afrancesado, un argentino guarango, listo para salir al cruce cuando la emergencia lo requiere, como un superpoder. Hay que destacar el cinismo último y maravilloso de criticar su propia obra anterior, autodefinirse como "olvidable" o "prescindible", y burlarse de la literatura y los escritores en general.
El cuento hace hincapié tanto en la bajeza de la nobleza europea, que se alquila por dos mangos y no deja de cobrar ningún extra, hasta la banalidad de la aristocracia argentina, que se deslumbra fácilmente por cualquier bagatela.
Zalim esa noche no da pie con bola, no logra entablar conversación con nadie. Cuando la gente se va retirando de la reunión, se queda con la dueña del lugar, que de una forma poco lesbiana le salta encima y le hace el amor.
Sorprendido, Zalim busca respuestas: la mujer le confieza que desea tener un hijo y lo había elegido a él, un "hombre inteligente y cínico". Un cordero.
los avances sociales y económicos del imperio del este. El otro plano es el actual, en el que Zalim concurre a una conferencia en la que le toca hablar a uno de los hombres que él había conocido en la ex Unión Soviética, ahora un pobre infeliz.
Como en otros relatos, como en "Flores robadas...", la alternancia de planos temporales sirve para subrayar la decadencia actual, comparándola con los sueños de grandeza del pasado, la sensación de que somos una edad de hierro, un opaco reflejo de antiguas expectativas, un constante plan fracasado, de que vivimos en un perpetuo naufragio y sólo lo persivimos si contamos las expectativas del pasado.
La conclusión del relato es que si bien al ruso lo han convocado para supuestamente homenajearlo o rescatarlo, es en realidad el deseo de reafirmarse como sociedad, de corroborar lo malo del comunismo, lo que lleva a realizar esos encuentros. Una teoría interesante y llena de cinismo: cuando un homenaje se hace tan solo para recordarle al derrotado su condición de perdedor permanente.
Del Fiore a Pontparnasse
Es la historia de un escritor, Zalim, que frecuenta el café del Flore, en la rue Montparnasse, buscando personajes e historias para su próximo libro.Se autodefine como un "observador", un argentino atento a todo y a todos, dispuesto a hacer literatura del más mínimo descuido y de la banalidad más bochornosa. Comienza relatando sin mayor detalle los pormenores de los habitueés del café, para luego derivar en dos historias que rellenan el grueso de la obra. Una, la de una argentina que viaja por Europa, por consejo de su psicoanalista, para poner una bisagra tras su reciente divorcio; la otra, una norteamericana pechugona y altiva que lo desafía. Las dos mujeres son, en fin, antítesis, aunque caricaturas al fin.
Una es una típica reventada, divorciada y con atrasada hambre de pija, y la otra, una mujer de negocios pero secretamente romántica, casada y con atrasada hambre de pija. Como es de esperar, Zalim las coge en sendos capítulos de erotismo egocéntrico.
El fuerte de la historia sigue siendo el cinismo y el ego interminable del turco, hacedor de su propia leyenda, chamuyero de sus lectores, que te hace creer que siempre sale bien parado y siempre de alguna forma conserva, debajo de su lustre afrancesado, un argentino guarango, listo para salir al cruce cuando la emergencia lo requiere, como un superpoder. Hay que destacar el cinismo último y maravilloso de criticar su propia obra anterior, autodefinirse como "olvidable" o "prescindible", y burlarse de la literatura y los escritores en general.
Nobleza a la Carta
Cuento simpático en el que Zalim alquila un grupo de nobles para una cena en su casa, con el fin de impresionar a un empresario argentino que lo visita.El cuento hace hincapié tanto en la bajeza de la nobleza europea, que se alquila por dos mangos y no deja de cobrar ningún extra, hasta la banalidad de la aristocracia argentina, que se deslumbra fácilmente por cualquier bagatela.
La Noche del Mounton
Una mujer que Zalim conoce y que es, según nos cuenta, de alta sociedad y puntualmente lesbiana, lo invita sorpresivamente a su casa, ya que va a ofrecer una recepción a una escritora norteamericana y quiere "hombres inteligentes y cínicos" para amenizar la noche. Zalim acude y allí prueba un plato típico marroquí (creo) el Mounton relleno. Un cordero.Zalim esa noche no da pie con bola, no logra entablar conversación con nadie. Cuando la gente se va retirando de la reunión, se queda con la dueña del lugar, que de una forma poco lesbiana le salta encima y le hace el amor.
Sorprendido, Zalim busca respuestas: la mujer le confieza que desea tener un hijo y lo había elegido a él, un "hombre inteligente y cínico". Un cordero.
El sentido de la vida en el socialismo
Un relato, o mejor dicho una colección de notas, que juegan en dos tiempos, como "Flores robadas...". Por un lado cuenta la historia de un supuesto viaje de Zalim a la URSS, cuando todavía el comunismo estaba vivo y el aparato de propaganda regalaba pasajes de avión para contemplarlos avances sociales y económicos del imperio del este. El otro plano es el actual, en el que Zalim concurre a una conferencia en la que le toca hablar a uno de los hombres que él había conocido en la ex Unión Soviética, ahora un pobre infeliz.
Como en otros relatos, como en "Flores robadas...", la alternancia de planos temporales sirve para subrayar la decadencia actual, comparándola con los sueños de grandeza del pasado, la sensación de que somos una edad de hierro, un opaco reflejo de antiguas expectativas, un constante plan fracasado, de que vivimos en un perpetuo naufragio y sólo lo persivimos si contamos las expectativas del pasado.
La conclusión del relato es que si bien al ruso lo han convocado para supuestamente homenajearlo o rescatarlo, es en realidad el deseo de reafirmarse como sociedad, de corroborar lo malo del comunismo, lo que lleva a realizar esos encuentros. Una teoría interesante y llena de cinismo: cuando un homenaje se hace tan solo para recordarle al derrotado su condición de perdedor permanente.
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sábado, 28 de febrero de 2015
Mario Benedetti - La vecina orilla
Relato no muy largo de Benedetti sobre un muchacho que, escapando de la dictadura en Montevideo, encuentra en Buenos Aires los comienzos de otra dictadura.
El protagonista es un muchacho que no le importa para nada la política, pero por un hecho ridículo, llevar una rosa a la escuela durante una protesta, cae preso.
Allí es golpeado durante tres meses. Cuando lo largan, los padres deciden enviarlo a Buenos Aires. En esta ciudad, el protagonista se relaja: recorre el subte, camina por las avenidas. No tiene dinero pero eso no le impide enamorar a una actriz ni hacerse de amigos. En la calle se encuentra con otros exiliados uruguayos, que le cuentan horrores de torturas y violaciones (el caso de una ex compañero que fue violada por diez hombres y quedó catatónica por ejemplo).
Pero en Buenos Aires parece estar a salvo. Hasta que un día ve en la calle un operativo policial en el que secuestran a una pareja. Y sabe que están pasando cosas. Luego, en Palermo, lo persigue la policía, que también lo busca en el conventillo donde vive. Se entera de que "está marcado" y tiene que guardarse, desaparecer por un tiempo.
Antes de hacerlo termina de redactar estas notas y se las envía por correo a la actriz con la que salía, con la esperanza de despertarla (este es tal vez su primer acto revolucionario, creo yo, tratar de concientizar a otra persona)
El libro fue publicado en 1977, durante la peor etapa de la dictadura en Argentina. Tal vez sea breve para no apurar su publicación y que la historia no le gane en tiempo. Está escrito en tiempo presente para acentuar la inmediatez de lo que ocurre en el relato.
El protagonista es un muchacho que no le importa para nada la política, pero por un hecho ridículo, llevar una rosa a la escuela durante una protesta, cae preso.
Allí es golpeado durante tres meses. Cuando lo largan, los padres deciden enviarlo a Buenos Aires. En esta ciudad, el protagonista se relaja: recorre el subte, camina por las avenidas. No tiene dinero pero eso no le impide enamorar a una actriz ni hacerse de amigos. En la calle se encuentra con otros exiliados uruguayos, que le cuentan horrores de torturas y violaciones (el caso de una ex compañero que fue violada por diez hombres y quedó catatónica por ejemplo).
Pero en Buenos Aires parece estar a salvo. Hasta que un día ve en la calle un operativo policial en el que secuestran a una pareja. Y sabe que están pasando cosas. Luego, en Palermo, lo persigue la policía, que también lo busca en el conventillo donde vive. Se entera de que "está marcado" y tiene que guardarse, desaparecer por un tiempo.
Antes de hacerlo termina de redactar estas notas y se las envía por correo a la actriz con la que salía, con la esperanza de despertarla (este es tal vez su primer acto revolucionario, creo yo, tratar de concientizar a otra persona)
El libro fue publicado en 1977, durante la peor etapa de la dictadura en Argentina. Tal vez sea breve para no apurar su publicación y que la historia no le gane en tiempo. Está escrito en tiempo presente para acentuar la inmediatez de lo que ocurre en el relato.
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lunes, 23 de febrero de 2015
Ceremonia Secreta - Marco Denevi
Una mujer de mediana edad, llamada Leónides Arrufat, cumple diariamente con un itinerario: vesitda de luto deja una flor en la puerta de las vecinas muertas, una ortiga en la puerta de una vecina odiada, y va a visitar a sus deudos al cementerio.
Pero un día ocurre algo anormal: una muchacha la mira fijamente en el colectivo y la sigue hasta el cementerio, donde la abraza, y llora. La muchacha la conduce a su casa, en la calle suipacha, donde Leónides descubre en una foto que la muchacha la ha confundido con su madre muerta, con la que guarda un gran parecido.
Leónides se queda a vivir con la muchacha, que la atiende con servilismo. Allí se entera, espiando a través de una cortina, que dos viejas amigas de la madre la visitan de tanto en tanto y aprovechan la ocasión para robar baratijas cuando la joven se distrae. También se entera por ellas que se llama Cecilia. Leónides decide hacer una visita a las señoras en su casa. Les miente que es una prima lejana de la fallecida y por ellas se entera de la historia de Cecilia: cuidó a su madre hasta que esta murió de cáncer, y luego vivió en la casa con una prima pobre, llamada Belena. Esta prima les confesó en una ocasión que Cecilia estaba citándose con un hombre y que temía por ella. Cierta tarde volvieron del médico, Belena y las dos señoras, y hallaron en la casa un expectáculo desolador: muebles tirados, cajones revueltos, y Cecilia en su cuarto abusada y golpeada. Belena, al verla así, enfureció. Días después desapareció de la casa.
Desde entonces Cecilia vivía sola, como la encontró Leónides.
De vuelta en la casa de la calle Suipacha, Leónides se dió cuenta que Cecilia estaba embarazada (se entiende, de la violación sufrida) y decide quedarse a vivir con ella, reemplazando a su madre.
Pasan los meses y el embarazo se complica. Cuando llega el momento del parto, moribunda, Cecilia recobra la razón y le relata a esa mujer para ella desconocida los que ocurrió la tarde de la violación: ella estaba sola y tres hombres entraron en la casa. Luego de violarla, desde su habitación escuchó cómo revolvían la casa. Uno de ellos mencionó a Belena, quien, ahora se daba cuenta, había instigado ese horror.
Cecilia Muere en brazos de Leónides repitiendo el nombre de la traidora.
Entonces Leónides se da cuenta que el destino la había elegido para cerrar esa tragedia con un acto final:
publica en el diario la muerte de Cecilia y su bebé, y espera pacientemente en la sala de la casa. Finalmente ve entrar a una joven: es Belena. Leónides se incorpora y sin vacilar le clava un estilete en el pecho.
Pero un día ocurre algo anormal: una muchacha la mira fijamente en el colectivo y la sigue hasta el cementerio, donde la abraza, y llora. La muchacha la conduce a su casa, en la calle suipacha, donde Leónides descubre en una foto que la muchacha la ha confundido con su madre muerta, con la que guarda un gran parecido.
Leónides se queda a vivir con la muchacha, que la atiende con servilismo. Allí se entera, espiando a través de una cortina, que dos viejas amigas de la madre la visitan de tanto en tanto y aprovechan la ocasión para robar baratijas cuando la joven se distrae. También se entera por ellas que se llama Cecilia. Leónides decide hacer una visita a las señoras en su casa. Les miente que es una prima lejana de la fallecida y por ellas se entera de la historia de Cecilia: cuidó a su madre hasta que esta murió de cáncer, y luego vivió en la casa con una prima pobre, llamada Belena. Esta prima les confesó en una ocasión que Cecilia estaba citándose con un hombre y que temía por ella. Cierta tarde volvieron del médico, Belena y las dos señoras, y hallaron en la casa un expectáculo desolador: muebles tirados, cajones revueltos, y Cecilia en su cuarto abusada y golpeada. Belena, al verla así, enfureció. Días después desapareció de la casa.
Desde entonces Cecilia vivía sola, como la encontró Leónides.
De vuelta en la casa de la calle Suipacha, Leónides se dió cuenta que Cecilia estaba embarazada (se entiende, de la violación sufrida) y decide quedarse a vivir con ella, reemplazando a su madre.
Pasan los meses y el embarazo se complica. Cuando llega el momento del parto, moribunda, Cecilia recobra la razón y le relata a esa mujer para ella desconocida los que ocurrió la tarde de la violación: ella estaba sola y tres hombres entraron en la casa. Luego de violarla, desde su habitación escuchó cómo revolvían la casa. Uno de ellos mencionó a Belena, quien, ahora se daba cuenta, había instigado ese horror.
Cecilia Muere en brazos de Leónides repitiendo el nombre de la traidora.
Entonces Leónides se da cuenta que el destino la había elegido para cerrar esa tragedia con un acto final:
publica en el diario la muerte de Cecilia y su bebé, y espera pacientemente en la sala de la casa. Finalmente ve entrar a una joven: es Belena. Leónides se incorpora y sin vacilar le clava un estilete en el pecho.
domingo, 22 de febrero de 2015
Cuatro cuentos de Mia Couto, de Estorias Abensonhadas
- O padre surdo
Un joven, que es ateo (aclara que ni el bautismo tomó), queda sordo tras la explosión de una bomba.
Luego de unos años, le pide al padre que le consiga una mujer.
El padre busca y consigue un chica, pero ella es muda. Sin embargo él se enamora, de alguna forma
llega a escucharla.
Los padres desaprueban a la chica, dice la madre que es negra. El muchacho se escapa de la casa
y persigue el rastro de la muchacha hasta su pueblo. Allí levanta una capilla y se hace pasar por
sacerdote.
Durante un buen tiempo da misas, esperando encontrar a la muchacha. Los feligreses se confiesan a los
gritos los domingos. Un día la chica aparece, y él se da cuenta que ella ya no es muda. Entonces
decide decir la verdad: desde el púlpito relata su amor, su huída y su impostura. Finalmente, sale
de la iglesia pasando a través del pueblo asombrado con la confesión.
Alejándose de la iglesia, bajo la lluvia torrencial, una mano lo sujeta. Es la chica, que le habla
(ahora él puede oír, ahora no necesita leer los labios), "Quédese padre, quédese".
- O adivinhador das mortes
Un hombre acude a un hechicero que sabe decir el día exacto de la muerte de una persona, y
el hechicero le revela que él, en realidad, ya murió. Desconfiado, el hombre se va.
Al otro día regresa para buscar al hechicero, pero le comunican que el mismo murió el día anterior.
Cuando sale, caminando por la calle, se encuentra con el hechicero, que lo toma de las manos y le
dice "ven". Entonces se da cuenta que ya no camina en la arena sino en las nubes.
- O adeus da sombra
Un hombre va al medio de la selva para hablar con una curandera. Él se dedica a investigar
plantas medicinales y ella lo ayuda. Una vecina, cuya hija se encuentra gravemente enferma, le pide
que le consiga de la curandera una planta milagrosa que la cure.
Para llegar a la chosa de la curandera, el hombre se sirve de los servicios de un guía, ex convicto.
El guía le cuenta, cuando llega la primera noche, que fue preso por robar las ombra de un hombre
para ayudar a su amada.
Cuando llegan a la casa de la curandera, hablan con ella y descubren que no existe la planta que
necesitan. Vuelven a la ciudad vencidos, y el hombre enfrenta a la madre de la enferma, que le dice
"acompáñeme a los últimos momentos de mi niña"
Cuando llegan al cuarto de la chica, el hombre ve que la enferma súbitamente se sorprende y mira
fijo algo en la habitación. Entonces el guía, que había entrado, clava un cuchillo en el pecho del
hombre, y lo último que ve es a la chica y al guía agacharse para recoger su sombra.
- A praça dos deuses
Un hombre rico se entera que su hijo se va a casar y decide hacer una fiesta fastuosa. Durante
días y días dilapida su fortunda en una plaza, en la que no se detiene la música, la comida y la bebida.
El hijo se enoja y se va, porque el hombre no quiere terminar la fiesta. Cuando la novia abandonada
se le acerca, el hombre le confiesa que en realidad la fiesta no era de casamiento, era una fiesta
para los dioses, era un regalo para los dioses, para que pudieran ver el mundo que siempre hubieran
querido, donde las personas no tuvieran que preocuparse por nada.
El hombre le dice "mañana la fiesta habrá terminado" mientras baila con la novia "dile a tu marido
que puede regresar"
El hombre duerme en la plaza, que ahora es su hogar (se entiende, porque es muy pobre) y a la mañana
siguiente amanece muerto, sentado en un banco. La novia, cuando llevan el cuerpo, arroja sobre él
un puñado de pétalos perfumados.
Un joven, que es ateo (aclara que ni el bautismo tomó), queda sordo tras la explosión de una bomba.
Luego de unos años, le pide al padre que le consiga una mujer.
El padre busca y consigue un chica, pero ella es muda. Sin embargo él se enamora, de alguna forma
llega a escucharla.
Los padres desaprueban a la chica, dice la madre que es negra. El muchacho se escapa de la casa
y persigue el rastro de la muchacha hasta su pueblo. Allí levanta una capilla y se hace pasar por
sacerdote.
Durante un buen tiempo da misas, esperando encontrar a la muchacha. Los feligreses se confiesan a los
gritos los domingos. Un día la chica aparece, y él se da cuenta que ella ya no es muda. Entonces
decide decir la verdad: desde el púlpito relata su amor, su huída y su impostura. Finalmente, sale
de la iglesia pasando a través del pueblo asombrado con la confesión.
Alejándose de la iglesia, bajo la lluvia torrencial, una mano lo sujeta. Es la chica, que le habla
(ahora él puede oír, ahora no necesita leer los labios), "Quédese padre, quédese".
- O adivinhador das mortes
Un hombre acude a un hechicero que sabe decir el día exacto de la muerte de una persona, y
el hechicero le revela que él, en realidad, ya murió. Desconfiado, el hombre se va.
Al otro día regresa para buscar al hechicero, pero le comunican que el mismo murió el día anterior.
Cuando sale, caminando por la calle, se encuentra con el hechicero, que lo toma de las manos y le
dice "ven". Entonces se da cuenta que ya no camina en la arena sino en las nubes.
- O adeus da sombra
Un hombre va al medio de la selva para hablar con una curandera. Él se dedica a investigar
plantas medicinales y ella lo ayuda. Una vecina, cuya hija se encuentra gravemente enferma, le pide
que le consiga de la curandera una planta milagrosa que la cure.
Para llegar a la chosa de la curandera, el hombre se sirve de los servicios de un guía, ex convicto.
El guía le cuenta, cuando llega la primera noche, que fue preso por robar las ombra de un hombre
para ayudar a su amada.
Cuando llegan a la casa de la curandera, hablan con ella y descubren que no existe la planta que
necesitan. Vuelven a la ciudad vencidos, y el hombre enfrenta a la madre de la enferma, que le dice
"acompáñeme a los últimos momentos de mi niña"
Cuando llegan al cuarto de la chica, el hombre ve que la enferma súbitamente se sorprende y mira
fijo algo en la habitación. Entonces el guía, que había entrado, clava un cuchillo en el pecho del
hombre, y lo último que ve es a la chica y al guía agacharse para recoger su sombra.
- A praça dos deuses
Un hombre rico se entera que su hijo se va a casar y decide hacer una fiesta fastuosa. Durante
días y días dilapida su fortunda en una plaza, en la que no se detiene la música, la comida y la bebida.
El hijo se enoja y se va, porque el hombre no quiere terminar la fiesta. Cuando la novia abandonada
se le acerca, el hombre le confiesa que en realidad la fiesta no era de casamiento, era una fiesta
para los dioses, era un regalo para los dioses, para que pudieran ver el mundo que siempre hubieran
querido, donde las personas no tuvieran que preocuparse por nada.
El hombre le dice "mañana la fiesta habrá terminado" mientras baila con la novia "dile a tu marido
que puede regresar"
El hombre duerme en la plaza, que ahora es su hogar (se entiende, porque es muy pobre) y a la mañana
siguiente amanece muerto, sentado en un banco. La novia, cuando llevan el cuerpo, arroja sobre él
un puñado de pétalos perfumados.
lunes, 2 de febrero de 2015
¿Quién mató a Palomino Molero? - Vargas Llosa
Obra en todo de burla al género policial. Palomino Molero aparece muerto, crucificado, quemado, con los huevos cortados y con un palo en el culo. El teniente Silva y Lituma (dos cholitos putañeros
y borrachines) se encargan de la investigación. Paralelamente se desarrolla una historia de amor
entre el teniente (un donjuán) y una gorda del pueblo, que lo rechaza. Finalmente encuentran al
asesino, un general que se pega un tiro en la playa.
La obra es más bien sosa para mi gusto, de un humor bobo y predecible, escrito con un vocabulario llano y popular que recurre a los regionalismos. También recurre a varios lugares comunes del género, como el clásico contrapunto entre el detective y su ayudante, que lo idolatra exageradamente ("siempre sabe sacar secretos" dice ante cualquier pregunta estúpida). Estos lugares comunes, deformados y exagerados hasta el ridículo, forman parte de la sátira.
y borrachines) se encargan de la investigación. Paralelamente se desarrolla una historia de amor
entre el teniente (un donjuán) y una gorda del pueblo, que lo rechaza. Finalmente encuentran al
asesino, un general que se pega un tiro en la playa.
La obra es más bien sosa para mi gusto, de un humor bobo y predecible, escrito con un vocabulario llano y popular que recurre a los regionalismos. También recurre a varios lugares comunes del género, como el clásico contrapunto entre el detective y su ayudante, que lo idolatra exageradamente ("siempre sabe sacar secretos" dice ante cualquier pregunta estúpida). Estos lugares comunes, deformados y exagerados hasta el ridículo, forman parte de la sátira.
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lunes, 12 de enero de 2015
Falsificaciones - Marco Denevi
Entre los relatos, destacan "El primer cuento de Kafka", sobre un testigo que se demora infinitamente en un juzgado hasta que termina por reemplazar al juez; "el precursor de Cervantes" sobre una obra literaria, anterior al Quijote, en la que Dulcinea, loca, delira con un hidalgo imaginario; "el hormiguero", alegoría en la que las hormigas descubren el vegetal sintético y luego se aíslan del resto de la Naturaleza; "Una carta", donde se usa el recurso de una carta del lector para exponer la hipótesis de que Lázaro no pudo volver a morir tras ser resucitado; "La cicatriz", historia de un muchacho del siglo XVI que suma respeto y fama gracias a una falsa cicatriz que le cruza la cara, copiada de un condottiero; "El Dios de las moscas", doble una religión de las moscas, en la que el paraíso es un trozo de carroña y el infierno, un lugar pulcro e iluminado.
A chuva Pasmada - Mia Couto
Un día, simplemente porque sí, la lluvia deja de caer. Queda el agua suspendida en el aire, en una especie de neblina de gotas.
No se sabe si es por causa de la fábrica que no deja de lanzar humo, si es por la tía solterona que estácausando una maldición, o si es el abuelo que se está resecando.
Todos creen ser los culpables.
La madre decide ir a la fábrica y la tía quiere fugar, pero nada de esto es el problema.
El abuelo confirma: es la abuela, la descendiente de quien creó el río que cruza el pueblo, que viene a buscarlo. ¿Que culpa tengo yo si no puedo morir? le dice al nieto.
Finalmente, nieto y padre llevan la barca hasta el lecho seco del río y deositan dentro al abuelo. Entonces la lluvia se despierta y comienza a caer.
Todos acuden al río para festejar y el protagonista ve, en la bruma, alejarse la canoa
del abuelo lentamente en la corriente.
No se sabe si es por causa de la fábrica que no deja de lanzar humo, si es por la tía solterona que estácausando una maldición, o si es el abuelo que se está resecando.
Todos creen ser los culpables.
La madre decide ir a la fábrica y la tía quiere fugar, pero nada de esto es el problema.
El abuelo confirma: es la abuela, la descendiente de quien creó el río que cruza el pueblo, que viene a buscarlo. ¿Que culpa tengo yo si no puedo morir? le dice al nieto.
Finalmente, nieto y padre llevan la barca hasta el lecho seco del río y deositan dentro al abuelo. Entonces la lluvia se despierta y comienza a caer.
Todos acuden al río para festejar y el protagonista ve, en la bruma, alejarse la canoa
del abuelo lentamente en la corriente.
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